Monday 19 November 2007

Zoe, Mani y el infinitivo


Melouda se expresa en un castellano bastante precario, la verdad, pero se hace entender por los niños. De hecho, debo admitir que la comprenden casi mejor que Marta y yo. Además, para hacer más fluida la conversación vengo observando que utilizan frecuentemente el infinitivo y omiten las preposiciones a la hora de comunicarse con ella. “¿Dónde tú poner bolsa canicas?” dice Diego despacio y marcando con los labios cada palabra como si fuera maestro en una escuela de sordomudos.
Y yo me vuelvo loco cuando trato de averiguar dónde colocó mis tobilleras para el baloncesto o la púa de la guitarra – me pregunto cómo se dirá púa en árabe-.
La pequeña Zoe, que pese a sus tres años maneja el lenguaje con bastante habilidad, ha tomado como en casi todo el ejemplo de los hermanos y esta mañana me preguntó:
- “¿Hoy no venir Meluda?”.
- No hija, está en Marruecos, respondí apenas conteniendo la risa.
Entonces me sorprendió con un nuevo alarde de inteligencia al cuestionar:
- ¿Hoy no haber papilla?
Pedazo de silogismo. Si me llega a dar tiempo le hago la papilla a la pobre, se la habría merecido porque lleva razón, joder, cuando estar Melouda cosas ser mucho más fáciles, zumo, tostadas, papilla, cepillos de dientes … todo preparado, todo bueno, todo bien, todo a tiempo.
Nuestra perra, Mani, que también aprende lo suyo en esta casa llena de gente, demostró también que sabe utilizar el infinitivo cuando la situación lo requiere. Me fue imposible hacerla salir al jardín y no me quedó más remedio que claudicar y dejarla cómodamente recostada en su colchoneta.
No salir, mucho frío, Melouda deja – me pareció oir mientras cerraba la puerta.

Thursday 8 November 2007

Discusión


Nadie me ve en este día lúgubre. El oído humano no parece percibir la frecuencia de mis lamentos. Definitivamente debo de estar muerto.