Resulta que las guitarras, ignorante de mí, también tienen alma y no en el sentido metafórico. Se trata de una varilla que ayuda a modificar la curvatura del mástil en algunos instrumentos de cuerda. Como en la humana, es recomendable que en el alma de la guitarra sólo escarben los profesionales, habida cuenta de la extrema sensibilidad y consecuencias de cualquier reajuste. Sospecho que, de una u otra forma, las almas de guitarra y guitarrista tienden a entrelazarse estrechamente por lo que igual debería plantearme visitar también a Vicente a las sesiones de terapia para tratar de equilibrar los estados de ánimo.
- “Me trastea el rencor y creo que no afino correctamente en cuestiones de prejuicios”
- “Eso va a ser del puente, no te preocupes que te lo dejo nuevo en un par de semanas”
El caso es que, viendo la extraordinaria simbiosis entre Rafa y sus guitarras, estoy seguro de que la fusión es posible. La Godin burdeos que tan bien lloró y gimió el viernes pasado no sólo transmite la bondad de su dueño, también compensa esa timidez con la que uno no puede evitar simpatizar y hace justicia a una humildad que sólo tienen los grandes astros.