
Jaspe rojo levemente cardado, océano en los ojos, mejillas cinceladas, almohadillas encarnadas en los labios, piel blanca, enrojecida selectivamente por el viento. Ya nos conocíamos, aunque ninguno de los dos lo sabía en aquella noche de primavera semiotoñal. Me impresionó la candidez de su rostro, la ternura de su mirada, la honradez de sus gestos. Enseguida supe que quería abrigarme con ella el resto de mi vida. Han pasado veinte años y todavía se empeña en quererme. Qué generosa ha sido la diosa Fortuna.
3 comments:
Bellísismo, una oda al amor, a la simpleza, encantador, te sigo....
No dejes de escribir jamás, la magia de tus increíbles líneas es el mejor regalo...
Mamón... Te odio...
Después del día, los días, las semanas que llevo...
Me ha dado por ver si habías actualizado y me tienes con esa sensación de que las mejillas se hinchan por dentro de la carne y de que las lágrimas quieren irse de mis ojos...
Dani.
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